Yo nací un 19 de septiembre, el día en que acaba el brillante y soleado verano y comienza el triste y gris otoño. Quizás por eso, mi carácter es, de por sí, pesimista. Soy de los que pienso que siempre pueden empeorar las cosas, por muy mal que vayan, y ese tipo de personas con tendencia a la depresión y la melancolía. Mi sobrino Ángel nació también un 19 de septiembre, aunque cuatro décadas después, y no sé si cuando alcance mi edad será un hombre con la capacidad de inconformismo y negatividad que yo tengo. Pero no me extrañaría nada.
Crónica infantil del Valencia-Sevilla en L'informatiu.
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