viernes, 6 de noviembre de 2009

Slavia Praga, 2; Valencia, 2

He vuelto. Me ha costado más de una semana recuperarme del trajín de la Mostra porque, al acabar el festival, me vi envuelto en una absurda e improductiva vorágine laboral (trabajar mucho para ganar muy poco) que me ha tenido apartado de la dinámica futbolera más tiempo del previsto.
Antes de esfumarme, dejé al Valencia medio maltrecho, con un entrenador en entredicho y un equipo que nadie sabía realmente si podía aspirar a los primeros lugares de la tabla o a hacer el ridículo como en los últimos años. Supe que el Valencia había empatado a cero con el Barcelona y que había merecido ganar durante una sesión golfa de la Mostra donde se proyectaban películas de tíos locos que van con una cámara asesinando personas por ahí y de monstruos marinos con forma de pulpo calamar que aterrorizan a los turistas en Torremolinos. Supe que el Valencia había empatado a uno con el Slavia de Praga y que había merecido perder en medio de una gala dedicada al cine valenciano repleta de actores que salen en Canal 9 y que no conozco de nada, porque sencillamente no veo Canal 9. Vi, a trozos, la victoria por 0-3 en Almería y pensé que ese Valencia tenía pinta seria, que sabía por primera vez en mucho tiempo a qué jugaba y, además, se lo creía. Supe por el teletexto de un canal de televisión en el que sale a todas horas Belén Esteban que el Valencia había ganado al Alcoyano en El Collao y después me enteré de que el gol lo había marcado Miku. Puede que me enterara mal o que le hiciera caso a quien no debía, pero luego supe que lo había marcado Joaquín. Vi, en la pantalla de mi ordenador y con una imagen que se congelaba o pixelaba cada 30 segundos, la victoria ante el Málaga por 0-1 pero, con tanta congelación y tanto pixelado, me dio la impresión de que el equipo también se paraba y algunos jugadores comenzaban a difuminarse, un término que en informática sólo puede medirse en número de píxels.
Y hoy por fin he visto un partido entero y sin sobresaltos de la imagen. Como debe de ser. Comentado por JJ Santos y con Sara Carbonero luciendo palmito en el descanso y diciendo tonterías antes y después del descanso. Con un Valencia en el que a Emery le ha pasado algo raro. En su momento de lucidez de la semana, una práctica que comienza a frecuentar por primera vez en año y medio entre nosotros, se dio cuenta de que las rotaciones no consisten en cambiar a todos los futbolistas que han jugado el domingo porque, en ese caso, se llamarían destrucciones, sino en refrescar algunos puestos para animar la competitividad en la plantilla. Y con un Slavia de Praga que, si hubiera jugado contra el Alcorcón, también le habrían metido cuatro.
Durante hora y media, he pensado que el Valencia que abandoné por mesas redondas, películas, galas, fiestas y comidas de trabajo se había transformado en un equipo grande. De esos que, aunque tengan el partido resuelto, siguen jugando igual, porque no saben jugar de otra manera. Que tocan el balón con paciencia hasta que surge la chispa en cualquier metro del césped y se lanzan a encender la mecha para hacer explotar al contrario. Pero, a las ocho y media de la tarde, pasó algo extraño. De repente, como si me despertara de un sueño, ha vuelto a aparecer ese equipo tontorrón que se deja empatar por quien ni siquiera soñaba con perder por un resultado digno. Y he pensado que igual todo este esfuerzo laboral no sólo había sido improductivo por las más elementales leyes de la oferta y la demanda, sino también porque me habían demostrado que, en el Valencia, un mes de trabajo no había servido para nada.

4 comentarios:

  1. La reflexión de Tachín: Si la Fundación le paga al pornógrafo para que se pase la temporada entera de festival en festival fijo que ganamos la liga, la copa y la uefa.

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  2. Lo de ayer casi no es culpa de nadie en especial, se puede considerar un accidente, como cuando te despistas y te metes en el carril bici y atropella una bicicleta. Yo espero que el equipo, que había entrado en una dinámica buena y cogido confianza, no se venga abajo por este revés y dé la cara. Si se lo creen y le ponen ganas e intensidad, ganamos los 2 partidos que quedan y en paz.

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  3. Tachín, con Juan Al como portavoz, ha dado en el clavo: el gafe soy yo.

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  4. @paco gisbert...
    Bonico... ayer fue el primer partido que he visto en el último mes... Tachín me debe pagar también algún viaje :P:P:P

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