jueves, 15 de abril de 2010

Valencia, 2; Athletic, 0

Desde el pasado miércoles estoy en Lieja, donde se celebra un festival de cine policiaco. Lieja, la ciudad más importante de la Bélgica francófona, es un lugar agradable y hermoso, pese a que los belgas tengan un carácter algo extraño. Digo extraño porque es un país en el que hay muchos videoclubes y pocas tiendas de artículos deportivos, lo cual significa que no son amigos de la piratería informática y, aunque tienen un buen equipo de fútbol (el Standard), el deporte les importa bien poco. Como podéis imaginar, estoy disfrutando de la cerveza belga y de los mejillones, un plato que en esta parte de Europa se acompaña con cualquier cosa.
Entre película policiaca y película policiaca, he buscado un bar en el que dieran partidos de la liga española, pero lo único que he encontrado es un par de locales en los que daban un absurdo encuentro de la liga belga, en el que creo que jugaban el Círculo de Brujas contra el Racing de Malinas, aunque no estoy demasiado seguro. Al final he optado por ir a mi habitación y conectarme a internet para ver el Valencia-Athletic a través de una de esas páginas web que ofrecen enlaces con televisiones extranjeras que emiten la liga española. Ninguna de esas televisiones, como es obvio, era belga.
La conexión de mi hotel no es mala. Es cara. Vale unos cuatro euros la hora, lo que significa que el partido me ha salido por ocho euros, la mitad de lo que me costaría en mi casa abonarme a Gol Tv o a Canal + Liga, algo que no hago porque, como sabéis, soy un poco rata para esos temas. La conexión no era mala, pero el link elegido me permitía ver el partido con una curiosa peculiaridad. Durante buena parte de su transcurso, se veía fotograma a fotograma, más o menos como las películas del Cine Exin que tenía en casa cuando era pequeño. Para los que sois demasiado jóvenes para haber conocido el Cine Exin, es decir, aquellos que habéis crecido en la era de las cámaras de vídeo y las tecnologías audiovisuales, ese invento era un juguete infantil que simulaba un proyector de películas en 8 mm (o Super 8, no estoy muy seguro), gracias a una manivela que, convenientemente accionada, permitía que la película se viera como si estuvieras en una sala de cine. Ahora bien, si le dabas con poco brío a la manivela, la película se veía bien a cámara lenta, bien fotograma a fotograma, más o menos como he visto algunos trozos del partido contra el Athletic. En mis tiempos de usuario del Cine Exin, las películas disponibles era de Mickey Mouse o la Pantera Rosa, aunque, con los años, he sabido que algunos adultos tenían una especie de Cine Exin mejorado (un proyector doméstico) en el que veían pelis en las que no salía Mickey, sino Linda Lovelace. Supongo que ellos sí que le daban bien a la manivela.
El caso es que, pese a la apariencia de Cine Exin que tenía el partido desde mi refugio belga, he visto cómo el Valencia la ganaba al Athletic con la solvencia habitual de los partidos que juega en casa en esta segunda vuelta. Ya comenté hace varias semanas que me daba la impresión de que este equipo se había dado cuenta de que, si ganaba los partidos que tenía que jugar en Mestalla, sería tercero al final de la liga, es decir, campeón de la liga de los olvidados. Y lo cumple a rajatabla. Fuera de casa va de ridículo en ridículo, mientras que en su campo lleva una racha estupenda. La prueba de lo que digo es que, en Mestalla, el Valencia ha encajado un gol en toda la segunda vuelta, pese a los problemas defensivos que arrastra, mientras que fuera, su retaguardia es una verbena.
Quizás el Cine Exin de mi ordenador ha provocado que mi mente funcionara también fotograma a fotograma y he sacado unas cuantas conclusiones mientras rezaba para que la imagen no se me quedara colgada. Estas son:
- Gracias a los goles de ayer, Silva vale más pasta, si se lo quiere llevar el Madrid, pese a que el canario soñara desde los diez años con ponerse una camiseta con la que hoy no podría jugar en el equipo de Florentino.
- No se ha lesionado ningún central, o quizás sí se ha lesionado y ha sido entre fotograma y fotograma, o sea, cuando mis ojos no lo han visto.
- Vicente está vivo. Igual es que haber jugado contra el Werder Bremen ha acabado con su maldición.
- Sólo me gustaría saber cuántos nos van a caer en el Bernabeu.
Y poco más. Mañana me esperan películas sobre detectives, policías intrépidos y malos de traca. Y la ciudad de Lieja con sus cervezas y sus mejillones.

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